jueves, 15 de marzo de 2012

臺北

Parece que no hay muchos más animales exóticos con los que juntarse así que ha tocado vuelta a viajes de ciudad. Esta vez en Taiwán, que lo conoce todo el mundo porque sale en todas las etiquetas de ropa por su conflicto político con la República Popular de China.
Aquí cualquier rinconcito es bueno para hacer un templo.
Llegamos el viernes bastante tarde así que fuimos derechos al hostal, cosa que fue de todo menos fácil. Primero, encuentra tú un taxista taiwanés que sepa dónde está el hostal más escondido y barato de Taipéi. Cuando llegas, orgulloso de haberte comunicado con el conductor, lo último que hace gracia es ver que el hostal tiene más apariencia de cuarto de contadores que de otra cosa y que, para añadirle emoción al asunto, está cerrado a cal y canto. Bravo! De madrugada en Taipéi sin alojamiento y sin poder mantener una conversación de más de tres frases! No sé si afortunadamente, pero conseguimos hacer entender al portero del edificio lo que pasaba. Él, comprensivo ante todo, decide que nos va a llevar a otra planta del edificio que yo pensaba que pertenecería también al hostal. Error. El amigo bedel intentó meternos en casa de un americano que sufrió un brote de esquizofrenia cuando yo le dije que estábamos ahí para quedarnos a dormir en su hostal. Antes de que nos crujiese la cabeza, decidimos abandonar la casa y volver a aporrear el cuarto de contadores hostal, hasta que un clon de Apu nos abrió la puerta, sin tener yo muy claro si la mejor opción era que consiguiésemos entrar ahí.

La puerta del hostal. Habla por sí mismo el tema.
Al día siguiente, empezamos a recorrer Taipéi. Empezamos por dar una vuelta por la zona de Xi Men hasta llegar a Long Shan Temple, donde aparte de los ya típicos quemadores de incienso, budas y gente rezando había una colección de faroles con formas de animales, personas con aspecto de superhéroe…Está muy bien descansar un poco de tanto dragón y tanto buda y toparse con farolillos con forma de sucedáneos de Pokémon y Power Rangers para variar. Tampoco ayudaba a darle seriedad al sitio la mesa de ofrendas, que lejos de limitarse a tener flores, frutas o algo del estilo, estaba llena de coca colas, paquetes de galletas o bolsas de patatas.
Patio del Long Shan Temple. La mesita de abajo son las ofrendas...
...de bollos, galletas, patatas, refrescos, que me juego el cuello a que vuelven a vender al dia siguiente en la tienda del templo.
Ellos, muy ordenados todos, rezan debajo varias piñatas de cumpleaños estructuras como esta.
No incienso, no party.
De ahí seguimos al Chiang Kai-Shek Memorial Hall, que seguramente sea lo más bonito que se puede ver en la ciudad, tanto por los edificios y jardines como por el cambio de guardia como por el pedazo espectáculo que montan en la explanada. Los cientos de militares que hacen esa mezcla de desfile y coreografía no pueden estar más sincronizados, tanto ellos como sus armas con las que se transforman en majorettes de guerra.
¡Por una vez no son tejados rojos y verdes!
Chiang Kai-Shek Memorial Hall
Los militares, justo antes de empezar la actuación del video:
Después nos fuimos a dar un paseo por el parque Daan, que tiene 26 hectáreas y aun así lo más impresionante sigue siendo lo rematadamente fea que es la zona con esas casas grises y sucias. Cómo ahí no había absolutamente nada más que rascar tiramos a uno de los mercadillos nocturnos de la ciudad, Shilin Night Market. Allí se venden ropa y chorraditas varias además de tener puestos de entretenimiento máximo como pescar gambas enganchándoles la cola o coger peces con un colador. Agobiante es decir poco, así que después de estar un buen rato apestando al smelly tofu que venden allí cogimos el metro hasta Xi Men de nuevo para ir a tomar algo y de vuelta al cuchitril hostal.
Entre esos edificios hay un laberinto de callejuelas que son el Shilin Night Market. 
Nievel de ocio: taiwanés
El domingo decidimos alejarnos del centro y nos fuimos hasta las afueras de la ciudad para ver el templo de Guando. Es un templo taoísta enorme y muy colorido dedicado a Mazhu, la diosa del mar. Tiene varios edificios de bastantes plantas, alguna cueva, un jardín bastante considerable al ascender por la montañita en la que está…y mucha gente que va averiguar su futuro. Aquí no hay sitio para las cartas del tarot de las televisiones locales, basta con un par de piezas de madera y unos palos.
Tejados de la fachada de Guando Temple
Con las dos piezas rojas de madera en forma de media luna se hacen preguntas con respuesta de Sí o No, se lanzan y según si las dos piezas caen de la misma cara o cae cada una diferente, se sabe la respuesta a la pregunta.
Llegas, cojes tus gajos rojos de madera, los tiras y ala, futuro adivinado.
Pero aquí no queda la cosa, si el taiwanés de turno viene con preguntas más elaboradas sólo tiene que coger un montón de palitos, sacar uno al azar y ver el número que ha salido, a no ser que no se sepa los números escritos en mandarín, en cuyo caso debe coger su piscolabis de ofrendas a ver si se las aceptan los del tarot. Con ese número se va a un mueble lleno de cajones, se abre el del número correspondiente y hay un papelito rosa que contiene una predicción del futuro del que haya sacado el palo. 
Paso 1: rezar, formular la pregunta y sacar el palito, con su número escrito en mandarín. 
Paso 2: buscar el cajoncito correspondiente al palo.
Paso 3: Su futuro, gracias.

Por la tarde volvimos al centro de Taipéi para ir a la parte más moderna de la ciudad y echar un vistazo al Taipéi 101, un centro comercial que está entre los edificios más altos del mundo. Esta zona de Taipei está llena de edificios con luces de colores así que como es muy bonita estuvímos dando una vuelta antes de marcharnos a otro mercadillo. El mercadillo de Shida es mucho más pequeño que el de Shilin y prácticamente todo es para chica, así que estaba deseando largarme, francamente. Al menos pudimos comprar alguna cosa de comer porque, eso sí, en Taipéi se come fenomenal. Con el tiempo ya un poco justito, recogimos las mochilas y pillamos el bus al aeropuerto para irnos de China...por poco tiempo.
¡Este puestito de comida más chino no puede ser!
Distrito Xinyi por la noche
Taipei 101

1 comentario:

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