martes, 31 de enero de 2012

Coron

Hace unas semanas recibí el carnet para poder hacer submarinismo y ya tenía lista la primera excursión  preparada especialmente para lucir PADI: Coron, en la región de Palawan. Es un sitio con una ciudad que no vale un duro modesta pero que lo compensa con las playas, montañas, lagunas, barcos hundidos…
91 Beach en Coron
Como no hay un mísero vuelo en este país que respete los horarios hubo contratiempos en el itinerario, no pudimos hacer el buceo el primer día así que hubo que reorganizar rápidamente la organización del fin de semana. Despúes de poner de nuevo a prueba la paciencia y tratar con varias personas, quedamos en hacer turismo el sábado y mezcla de turismo y buceo el domingo.

El mismo día pusimos ver Siete Pecados, llamados así por las siete islitas que hay rodeando un fondo lleno de corales, Twin Lagoons, donde hay que pasar de una a otra nadando o buceando un pasadizo, según la marea, Twin Peaks, para ver más corales y peces, y 91 Beach. Ésta última es una de esas típicas playas paradisíacas con arena blanca, aguas transparentes hasta bastante lejos de la orilla, vegetación muy verde prácticamente al lado del agua…así que era el sitio ideal para volver a ponerse las gafas de bucear y ver todo lo que hubiese por allí. Ahí me metí yo, chapoteando decidido cual Pokémon de agua, dispuesto a ver corales de colores, estrellas de mar, bancos de peces…y ya está. No esperaba, ni quería, ver nada más. Como las gafas de bucear eran grandes, nadie pudo ver mi cara de espanto al ver que a mis pies tenía una serpiente marina negra con rayas blancas. Poco me faltó para abrir las aguas como Moisés y salir corriendo pero, ante la baja probabilidad de éxito en el tema bíblico, vi mucho más práctico imitar a Michael Phelps que a Moisés y me planté en la arena a toda velocidad.
Muy bonitas las aguas...
pero esta de bonita, nada.
En mi mente la solución era sencilla.

Una vez recuperado de la peligrosa experiencia, seguimos con el tour...pero ya con bastante más ojito de dónde metía las aletas, que esas rocas porosas las carga el diablo. Al volver a la ciudad nos acercamos a rematar el día a las aguas termales de Coron, donde estuvimos cociéndonos un par de horitas en remojo.

El domingo empezó muy pronto con los trajes de neopreno, las bombonas, las máscaras, las aletas…El objetivo era bucear en un barco hundido, el Olympia Maru, un carguero japonés de bastante más de 100 metros de largo hundido por tropas estadounidenses en 1930. Diez bombarderos en picado atacaron el Olympia Maru y los pilotos terminaron de rematarlo dejando caer su carga sobre la cubierta. Al final, el Olympia Maru se hundió por la popa, convirtiéndose en un cementerio para 19 miembros de la tripulación y en un sitio fantástico para que empezasen a crecer corales, las algas recubriesen lo que queda del barco y la fauna lo tomase como refugio. Muy bonita la fauna con tanto pez payaso y neon, pero después de la amiga serpiente uno estaba más pendiente de las barracudas y los peces escorpión que pululan por esa zona. Afortunadamente, a los pocos minutos de buceo lo único en que se piensa es en asomarse en todos los agujeros, naturales o de bomba, que tenga el carguero y ver cómo aquello tiene ya poco del barco que en su dia fue.
Open Water Diver
Este es el aspecto actual del barco.
Después del submarinismo, siguimos con el tour con Barracuda Lake y Kayangan Lake, los dos con aguas cristalinas y la playa Atuwayan Beach. Tan contento, después de un día viendo tantas cosas bonitas. volvía yo a Coron sin saber que un serbio me iba a dar la noche.
Kayangan Lake: primera vez en mi vida que veía gambas vivas en el agua

Punto a punto, juego a juego, en las dos primeras horas de la final del Australian Open sobrepasé la tripolaridad mental viví tantos estados de ánimo que los sosos de los guiris de mi alrededor empezaban a mirarme raro y alejar sus sillas de la mia. Está claro el motivo: no ha nacido un filipino que sea más alto que la red destaque en el tenis así que no pueden entender la rabia que le entra a uno cuando a Rafa se le escapa un partido entre los dedos que yo debería haber visto en directo de no ser porque ir a Australia cuesta aproximadamente lo mismo que comprárse la isla entera para uno solito.
¡Vamos!

jueves, 26 de enero de 2012

Volcán Taal y año nuevo chino

A estas alturas empiezo a tener la imagen de que mi vida transcurre entre el mostrador de facturación y la puerta de embarque, así que el fin de semana pasado comuniqué al personal del Ninoy Aquino International Airport que no son ellos, que soy yo, pero necesitaba un tiempo me quedé por Manila. Antes de que empezase a salirme urticaria por quedarme un fin de semana quieto organizamos un viaje para el sábado: al volcán Taal, que está en Talisay, cerca de Tagaytay así que ya queda patente lo mucho que se come la cabeza esta gente con los nombres. No se trata de un volcán fácil de trepar porque es común que corten el acceso según la actividad y para llegar hasta allí hay que coger la sencilla combinación de bus+jeepney+triciclo+bangka y después hay dos opciones: Deslomar a unos pobres caballos a los que tratan igual que habría que tratar a sus dueños por bestias fatal o subir al volcán a pie. Los amiguetes de allí aconsejan ir en caballo porque si no, al no conocer la ruta, es muy posible perderse y terminar con el día con una muerte segura en el cráter del volcán. Sin embargo, decidimos sacar el joven explorador que hay en nosotros y arriesgarnos a subir a pie, conscientes de la dificultad de seguir a aproximadamente 50 caballos que suben en fila por un camino despejado donde no hay un triste árbol que te pueda hacer perder de vista el camino. La única dificultad que tenía subir a pie frente a hacerlo en caballo era esquivar las bombas de racimo que iban soltando las criaturas según iban subiendo. Una vez arriba mereció la pena tanto viaje al ver el paisaje del cráter transformado en lago y rodeado de humo por los vapores de azufre.
Crater del volcán Taal

Como siempre: click para ampliar

De vuelta a Manila la idea era ir a cenar pero tuve que quedarme en casa tras perder 6-2, 6-4, 6-1 en el duelo contra mi sofá. Para maquillar el apabullante triunfo del sofá tengo que decir que para atraparme contó con la inestimable ayuda de la tele y que yo venía de una noche sin dormir entre ir de copas, sacar vuelos y conectar con la casa.
En el segundo set tuve mis opciones pero el sofá gano los puntos clave y después del primer break en el tercer set me vi muy fuera del partido.

El domingo era víspera del año nuevo chino así que era un buen día para dar una vuelta por el parque Rizal en Manila. Como aquí cualquier oportunidad de lucir lentejuelas y lentillas de colores es estupenda, estaban celebrando el año nuevo con un espectáculo de 5 ó 6 grupos idénticos entre ellos y con el claro objetivo en la vida de ganarse el título de BackstreetBoys asiáticos. Aquello tenía de chino lo mismo que los grupos de originales aunque fue divertido intentar buscar sin éxito las diferencias entre todos los grupos. Cuando vimos a suficientes chicas, no necesariamente adolescentes, abalanzarse sobre el cuello de los cantantes nos marchamos a Binondo, el barrio chino, que es un fraude porque no hay un mísero chino y solo te encuentras filipinos. Al ser una comunicad china pequeñita y compararlo con lo que vi en Pekín, no me pareció gran cosa, para qué nos vamos a engañar.
新年快樂!!
Filichinos por todas partes.
Para sacar de la cabeza el pitido que habían dejado los miles de filichinos chillando en sus calles sin motivo aparente, esa noche fuimos al concierto de Katy Perry. De sobra conocida es ya la experiencia de los conciertos aquí: Black Eyed Peas meten charlas de ONG en los momentos álgidos del concierto, Pitbull reduce sus canciones a segundos y termina cantando menos que su telonero…y Katy Perry nos tuvo dos horas de reloj esperando hasta que la muchacha decidió empezar. Eso sí, una vez lo hizo, dio un espectáculo en condiciones y, aunque no me sabía la mitad de las canciones, sirvió para echarse unas risas, que al fin y al cabo se trata de eso.
Se ve que el estilista de Katy también conectó con la casa

domingo, 15 de enero de 2012

Kuala Lumpur

Después de tanta visita en Filipinas, empieza el momento de seguir devolviéndolas. Después de Pekín en diciembre, en 1998 2012 la primera ha sido Kuala Lumpur, en Malasia, donde vive mi amigo Félix.

Esta ciudad es un cajón desastre donde caben malayos, indios y chinos. Eso sí, pasando unos de otros como de comer mierda todo muy delimitado culturalmente. Todos son malasios, pero solo algunos son malayos, que viene a ser la raza de pedigree en este país, musulmanes ellos. Los chinos controlan bastante porque son los amos del negocio y los indios tienen huecos en la frente de tanto pintarse el circulito terminan siendo la clase más baja. Lo bonito de observarlos a todos juntos es darse cuenta de que quien acuñó el término callo malayo no se inspiró sólo en la rima fácil ver el contraste de culturas y lo bien que conviven entre saris y velos.

El sábado por la mañana nos alejamos del centro de KL para ir a las Batu Caves, donde además de subir 272 escaloncitos pudimos ver un templo hindú dentro de una cueva y hacer una visita guiada por una caverna llena de murciélagos, serpientes e insectos raros que se esconden entre estalactitas y estalagmitas. Fuera de las cuevas hay un auténtico ejército de monos que no tiene el más mínimo miedo a los humanos y así acabará la cosa, porque ya sabéis todos lo que pasa en la película campan a sus anchas poniéndose de lo más chulo enseñando dientes dientes, que es lo que les jode cuando un turista tiene algo que ellos quieren. Además de para ver las cuevas, esta excursión ha valido para confirmar que no hay un Mowgli en mí porque no me gustan un carajo los monos.
Templo a la entrada de Batu Caves

Entrada de Batu Caves y Megazord hindú estatua dorada del dios Murugan
Niñas resistiendo ante el ataque de los simios
Resultado del ataque tras la derrota de las niñas
Entrada a la batcueva al templo
No hubo feeling.
Por la tarde dejamos Kuala Lupur para ir a Kuala Selangor, donde vimos más monos y me reafirmé en que los macacos estos, para Tarzán más tarde, cuando anocheció, cogimos una barca en Kampung Kuatan para ver una de las comunidades de luciérnagas más grandes del mundo. Con los primeros putos brillantes no puedes evitar pensar que en realidad es un bicho con el culo fluorescente en la oxidación de luciferina que se cataliza en cada uno de ellos pero enseguida empiezas a admirar lo bonito que queda el río de noche rodeado de lucecitas. Por la noche, visita rápida a los bares de la zona donde Kuala Lumpur gana la partida a Manila con un montón de barecitos con terraza y música comercial. En lo que sí se parecen las dos ciudades es en los contrastes. No es tan exagerado como en Manila pero cuando te vas alejando del centro de Kuala Lumpur, cada vez va siendo un poco más Cloaca Lumpur.

El domingo empezamos con visita a las Torres Petronas, que son muy bonitas de día pero quedan lejos de cómo son de noche. Después a Menara Tower, la cuarta torre de telecomunicaciones más alta del mundo con 421 metros de altura, que ofrece unas vistas panorámicas de toda KL y una audioguía que debió preparar el mismo inútil que las de la Ciudad Prohibida de Pekín para variar, no funcionaba bien. Tras intentar colarme sin éxito en el restaurante giratorio que hay en la torre fuimos a Little India y a continuación cambiamos de cultura al llegar a la Mezquita Nacional, Masjid Negara, la más grande del sudeste asiático. Allí me obligaron a descalzarme y tunearme ponerme una túnica morada que me convertía en un híbrido de Voldemort y el teletubbie morado y así, muy auténtico yo entre la barba de dos días y mi color marrón, pude ver las salas de oración, los techos adornados…de una mezquita bastante moderna. Como se nos hizo tarde, no pudimos llegar a tiempo a la Mezquita Jamek, Masjid Jamek, que sí parece más tradicional, y hubo que conformarse con verla desde fuera.
Little India


I must be the one to kill Harry Potter
En Masjid Jamek las túnicas eran de teletubbie azul

 
Torres Petronas
Por la noche de vuelta a las Petronas para alucinar con ellas iluminadas y, antes de ponerse en marcha al aeropuerto para volver a Manila, unas cañas en el SkyBar, situado en un rascacielos enfrente de las Petronas que da unas vistas preciosas de ellas y, atentos a esto, con una piscina más que grande en mitad del bar! Las luces azules y blancas que flotaban en la piscina y alumbraban las mesas de alrededor hacían que el local sea visita obligada después de las Petronas y lo pone al nivel de otros pocos como el Coyote ZZZ.

jueves, 12 de enero de 2012

¡Feliz 1998!

Seguramente la mayoría estuviesen acostumbrados a navidades con frío  e incluso nieve, pero a mí varias navidades en Tenerife ya me habían preparado para pasar estos días en manga corta. Para las vacaciones nos juntamos en Filipinas muchos de los que estamos en las diferentes embajadas de Asia y, aunque tenía pinta de ser un jaleo con tanta ida y venida de gente, al final todo salió muy bien.


Lo normal en Nochebuena es juntarse en familia y ponerse cerdos a comida que aun no has digerido en la comida de Navidad pero en Filipinas han llevado lo de noche familiar al extremo y directamente cierra todo, restaurantes incluidos, así que lo complicado es encontrar dónde cenar. Si de por sí la navidad ya te sobra en un país donde llevas viendo renos, bolas y dependientes con disfraces humillantes desde octubre es atípica con tanto calor, mucho más cuando acabas preparando la cena del 24 en un restaurante indio. Al principio no me convencía mucho el tema pero, no sé si porque estábamos encantados con tanto reencuentro o porque me sentía como en casa siendo del mismo color que los del restauranre ya con cualquier cosa que llevarnos a la boca nos valía, al final resultó ser una Nochebuena estupenda. Después, botellón y a discoteca. Muy navideño todo, vamos.

Al día siguiente, Navidad, tocaba recambio de huéspedes. Se marchaban de mi casa Kuala Lumpur y Tokio y llegaban Shanghái, Pekín y Nueva Delhi. Los días siguientes, mientras mis nuevos compañeros de piso se pateaban Manila y alrededores, yo pasé la semanita como otra cualquiera esperando que llegase el jueves para volver a la ciudad donde pienso trasladar la embajada cuando sea mia Boracay.

Aquí dará Ambrosio los ferrero rocher en las recepciones
Ya he contado cómo es aquello así que no voy a volver a provocar úlceras de envidia a nadie contarlo por no repetirme. Una vez más, fiesta en la playa, día en este mi catamarán, cocktails en la playa...y esta vez, Nochevieja.
Lo dicho: este mi catamarán.

Mira que mi madre cocina de escándalo, pero no se paga con dinero que la cena del 31 sea comprarte una pizza y tomartela mientras haces botellón con tus amigos en la arena de la orilla de una playa paradisíaca. Es entonces, cuando crees que la cosa no puede ir a mejor, cuando te vienes arriba porque llevas un ciego indecente vas a dar las campanadas!! Así es!! Había bajado al movil las campanadas de 1998 con Ramón García y Raffaella Carrà para que me sirvieran de apoyo a la hora de dar las campanadas para todo el grupo de españoles y los cientos de guiris y sus cámaras que no sabían lo que estaba pasando pero les encantaba. Ni nervios explicando cuñando cae la bola, ni cómo suenan los cuartos...Nueva Delhi y yo nos presentamos aquí y ahora candidatos para ser la pareja encargada de las uvas 2012 estábamos encantados de recibir el año con tan buena compañía y endirecto para toda la playa. Una vez terminada la retransmisión, rodeados de fuegos artificiales y espectáculos con fuego, seguimos de fiesta en la playa y rematamos la noche la mañana con un baño en la playa al amanecer y trescientas intentonas para hacer una foto de recuerdo.

Aquí en vez de tomar churros se hace esto al acabar Nochevieja
Fe de erratas: Feliz 1998
Cena de nochevieja
Todo el equipo después de la retransmisión de las uvas.
Después de que todos los amigos se fuesen marchando, de la navidad ya sólo quedaba el día de reyes. Ya con el equipo tradicional de viajes nos fuimos a Bohol, famoso por las Chocolate Hills y unos monos feos como la madre que los parió muy chiquititos.
Chocolate Hills & Chocholate Me

No, el pegote de la rama no es un coco. Es el mono.

Así es, he descubierto la función panorámica de mi cámara. Y sí, me he hecho fan.

Vimos las montañitas, la birria de pandilla de monos, hicimos snorkel en Panglao, nos rodeamos de mariposas y otros bichos del tamaño casi de los monos y nos acercamos a Loboc, donde hay una tirolina de 520 metros de ancho y 120 de alto que pasa sobre un río y separa dos montañas. Mentiría si dijese que no da un noséqué teniéndo en cuenta que los encargados de seguridad son filipinos está tan alto pero es indescriptible cuando vas literalmente volando de punta a punta.
Verídico, eso del arbo es un bicho real.


Confianza ciega en el filipino de turno

¡Bienvenidos a Supervivientes 2012!
Virgin Island en Panglao

Con tanta actividad, parecía que sólo tres días en Bohol fuesen poco. Gracias AirPhilExpress por retrasarme el vuelo 23 horas y 45 minutos para que pudiese alargar mi estancia!! De no haber sido por los hasta ahora incomprensibles problemas de puesta de sol y la congestión aérea que ellos mismos causan programando el doble de vuelos que pueden dar salida, no habría tenido la oportunidad de intentar camelarme a la mitad de vuestras azafatas para que me colasen en otro vuelo! Como aquí triunfa lo pálido y por tanto estoy en la mierda, lo mñas que conseguñi fue que me apuntasen en una lista para el primer vuelo a Manila, donde, ya sin navidades de por medio, toca la vuelta a la vida normal. En las calles van desapareciendo los belenes y las luces porque estos compañeros tienen ahora que obsesionarse con el próximo sarao que es San Valentín y llenarme la ciudad de corazones con los 3 meses que llevaban puestos, empiezan a perder color.