viernes, 13 de julio de 2012

Seúl


Consciente de que más de uno vomitó como si no hubiera un mañana se vio sensibilizado por la foto del balut, esta vez voy a hablar de cosas más bonitas. Toca Corea del Sur, en concreto Seúl
En el avión de ida se les fue la mano con el aire acondicionado y es lo más parecido a gorilas en la niebla que yo he vivido
Nada más llegar, la primera en la frente. Me viene el amigo coreano de inmigración a decirme que no puede admitir mi pasaporte para entrar en el país. A mí! Que tengo pasaporte azul y lo he usado para saltarme las mejores colas de aeropuerto! Pues sí, a mí. Me mandaron a una sala donde un compañero suyo estuvo analizándolo del derecho y del revés hasta dar con el problema: la información de la hoja del pasaporte y la del chip que le salían eran diferentes. Aún así, el buen hombre siempre fue amable y sonriente y me decía que no me preocupase porque a él le parecía que el pasaporte sí podría ser real. Vamos que si es real, que me he tenido que escornar 6 meses para que me mandasen a Filipinas y me diesen pasaporte de servicios!
Al final estaba claro que la información era la misma pero colocada en diferentes apartados e incompleta en el chip. Desde aquí, mi gratitud y admiración a los linces del Ministerio de Asuntos Exteriores por su habilidad escasa o nula de rellenar bien cuatro casillas. Habéis hecho que cuando vuelva a algún ministerio filipino y me desespere por su ineficiencia, me sienta como en casa.
En Seul los arquitectos se vienen muy arriba diseñando edificios raros
Hacer esto en cualquier masa de agua en Manila supondría la pérdida inmediata de las extremidades inferiores
Estuvo bien porque pude comprobar desde el principio que los coreanos son muy agradables, aunque todos ellos parecen salidos de una serie manga. Son como un dibujo animado de carne y hueso, graciosísimos con sus uniformes de serie de dibujos, sus muñecos manga adornándolo todo, desde la entrada a una tienda hasta los yogures del supermercado. Los coreanos chicos, además de graciosos, son un poco calzonazos porque, igual que los de Shanghai, todos llevan el bolso de sus novias colgado. A alguno también vi pegar cuatro berridos bien altos a la novia en plena calle así que en realidad no sé si los coreanos se dividen entre calzonazos y energúmenos, si es que se trata de una evolución en al relación de pareja o, directamente, son bipolares.

Así es Corea del Sur, un dibujo manga


Esta criatura no es la única que trabaja así por la calle
aunque espero que esta sí sea la única que hace manifestaciones individuales
Esto es Asia, así que un mercado con comida que no falte.
aunque también hay muchos puestos en la calle donde comprar delicias como esta
Otra cosa que llama mucho la atención son los pedazo móviles que lleva ahí la gente. Los primeros, los niños pequeños, que juegan con ellos en el parque al lado de los columpios. Correcto, al lado de los columpios, no jugando en los columpios, no sea que vayan a usar algo no tecnológico. Pero no son los únicos porque aquí hasta el más anciano va con su tableta o con su móvil de tamaño doble al nuestro. Es difícil ver a alguien en el metro sin él, y en general Seúl podría ser una ciudad del futuro en el tema de comunicaciones porque dudo que alguna vez en España haya tanto aparato, tanto wifi y a tal velocidad.
Aquí hay que ser hacker para robar una casa
Macropantallas táctiles sin que nadie las haya desctrozado en el metro! Sin palabras!
¡Pantallas por todas partes!
Otro detalle que me costó asimilar es que aquí las parejas van conjuntadas. En realidad no son solo los coores por lo que, más que conjuntadas, van de uniforme: misma camiseta, mismo pantalón/falda, mismo calzado, mismos complementos...supongo que se llamarán cada mañana y que irán juntos de compras para tenerlo todo duplicado, exepcto el bolso de la chica, claro, que lo lleva él.
Sabía que sin pruebas, nadie me creería. Yo tampoco lo haría.
Tampoco debe ser demasiado dificil encontrar todas las prendas en versión masculina y femenina porque aquí la línea que separa ambas cosas ha pasado a ser de delgada a imaginaria. Los chicos llevan unos estilismos dignos de la más pija de Beberly Hills, y aquí el que no lleve un corte extravagente o pelo teñido, debe ser un simplón.
Ejemplo del macho coreano
En un fin de semana da tiempo a hacer poco pero pudimos ver los principales sitios como Gyeongbokgung Palace o la N Seoul Tower, desde donde se ven buenas vistas de la ciudad y millones de candados que dejan las parejitas de turno. No sólo candados, también carcasas de móviles y pegatinas de los tortolitos.
Excursión del colegio a la entrada. Deben de tener de uniforme hasta los calzoncillos.
Parte del Gyeongbokgung Palace
Otra parte. Es un recinto más que grande lleno de construcciones.
N Seoul Tower
Árboles de candados, notas y recuerdos de parejitas...
...y pegatinas de parejitas...
...y carcasas de parejitas. Esto ya es lo máximo.
Los dos días salimos a ver la noche de Seul, que está bastante bien, y el segundo además pudimos ver el partido de España - Francia rodeados de franceses. Siempre es un placer ganarles, pero ganarles en su cara, más aún. Además de beber, también comimos, porque en Seul se come muy bien! La barbacoa coreana consiste una mesa que tiene en medio una parrilla, y un extractor de humo, normalmente justo encima. El funcionamiento es muy sencillo, pides una ración de carne, y te la traen cruda, entonces tu la pones en la parrilla entera o troceada, la haces al gusto y a comer según se va haciendo. Normalmente para acompañar la carne suelen poner platos con Kimchi, que es una especie de col que no hay quien se trague. Además de esta comida típica también hay bebidas típicas, como soju y makguolli, hechos a partir de arroz.
Barbacoa coreana
Makguolli
Como siempre, acabando el domingo, de vuelta a Manila a hacer tiempo en la oficina hasta el siguiente fin de semana!
Corea del Sur es un país en guerra así que en el metro hay cabinas con material en caso de ataque biológico
Coreana 100%
Aquí el concepto ídolo está en otra dimensión