jueves, 3 de mayo de 2012

El Nido


El tercer encuentro filichino en Shanghái dejó el listón muy alto así que para el cuarto, que se jugaba en Filipinas, tocó sacar la artillería pesada. Junto a Boracay, el plato fuerte del país es El Nido, en la isla de Palawan. Además de ser un sitio impresionante, tiene el aliciente de que no está tan explotado como debería porque está a tomar por culo Filipinas no tiene la fama de otros países como Tailandia, y mucho mejor porque así las aglomeraciones de turistas se las quedan ellos.
Esto en China no lo tienen...
Para llegar a El Nido hay que volar desde Manila a Puerto Princesa y desde allí tragarse la friolera de 5 horas de furgoneta. Hasta aquí parece medianamente aceptable pero la cosa cambia cuando compruebas que cualquier camino de cabras es una autovía al lado de esto y que los filipinos, en afán de hacer todo más entretenido, han decidido que los números de las señales de tráfico no sean límites de velocidad sino puntos para el primero que las pase todas. Así, nuestro conductor, luchador y competitivo donde los haya, decidió hacerse con el mayor número de puntos en el menor tiempo posible y cerca estuvo de estamparnos conseguirlo, aunque para ello tuviese que reventar algún quitamiedos de la carretera. Al terminar el rally viaje nos juntamos con los ICEX de Shanghái, Yakarta y Kuala Lumpur y, como ya era de noche, lo único que pudimos hacer es ir a cenar, esperar las dos horas que tardaron en traer la cena, y salir de fiesta por la playa.
De noche ya era bonito, pero nada que ver con el día
Al día siguiente, con sueño y ganas a partes iguales, nos montamos en la bangka de turno para empezar a recorrer la zona. Aquí todo son formaciones de roca negra afilada y llena de vegetación y aguas de muchísimos tonos de azules pero siempre transparentes y llenas de peces. Hay lagunas, playas, bahías…y la mayoría encerradas por las rocas o escondidas detrás de cuevas. Por mucho que se cuente, es imposible hacerse una idea a no ser que se vea en directo y, a poder ser, desde el agua.
Si desde la superficie el paisaje es increíble, bajo ella es igual o mejor. Peces de mil especies, estrellas de mar, corales, arrecifes que se pierden en la profundidad del mar… y medusas, claro. Más de una vez fue saltar al agua y notar cómo todas se acercan en masa a recibirte, aunque al ser pequeñas, no hubo desperfectos y pudimos nadar y bucear todo lo que nos dio la gana.
 Y a un minuto nadando de la orilla, un arrecife que no se sabe ni dónde acaba
Al día siguiente repetimos y cogimos otra bangka para seguir recorriendo las islas. Aunque todo es muy parecido, no cansa ni lo más mínimo y sigue dejando con la boca abierta. Tal vez a mí menos que al resto por haber estado ya en Coron, que es parecido aunque a menor escala, aunque todo Palawan sigue siendo de anuncio. Este día, además, pude descubrirme al mundo como nadador manco, porque los espabilados de la bangka me dieron un tubo que se doblaba hasta meterse en el agua y dejarme sin respiración, por lo que si quería coger aire no había más remedio que sujetarlo fuera del agua con una mano y valerme de la otra para nadar. Gracias bangkeros por potenciar mis habilidades y darme una oportunidad en los próximos juegos paralímpicos, Londres 2012: ¡allá voy!
Es que da igual lo que ponga aquí, no sé describir esta foto, para qué nos vamos a engañar
Aunque no está sobreexplotado, los puntos de visita son los mismos para todo el mundo y es difícil encontrar uno sin gente, aunque tuvimos la suerte de que en estas fechas se graba Supervivientes Suecia en estas playas y han copado los alojamientos de la isla, así que hay menos turistas de lo normal, y más cabezas rubias que de costumbre. La mayoría de las playas donde se graba el concurso están cerradas pero pudimos ver cómo preparaban una bahía para un especial del reality y, ni que decir tiene que yo estaba deseando que llegasen los cámaras y dar paso a la prueba de líder. Como no pudo ser, me quedé nadando por las playas hasta que unos filipinos nos vieron y, emocionados por su descubrimiento, nos preguntaron si éramos los participantes de Supervivientes. No les culpo, siempre he tenido malentendidos con gente que se resiste a creer que no soy nórdico.
Las rocas, como cuchillos. Supervivientes Suecia no se anda con bobadas.
El martes se acabó lo que se daba y, para que nos diese menos pena irnos, diluvió lo más grande así que recogimos los bártulos y empezamos la vuelta maratoniana a Manila, preparados para empezar la semana en miércoles y rehacer la mochila para el viernes, que la carretera espera de nuevo.

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