Casi con la misma maleta que llegué de Camboya, el viernes siguiente nos fuimos a
Vietnam. La ciudad, unos la llaman Saigon y otros Ho Chi Minh City, y es
el centro económico del país aunque la capital sea Hanoi.
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Vista general de cómo es la ciudad... |
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...excepto el Distrito 7, que no tiene nada que ver |
Turísticamente
no es que haya demasiado que ver, para qué nos vamos a engañar, es una ciudad bastante normalita excepto un distrito que sí es muy moderno, con sus luces, puentes, parques...aunque no resulta demasiado representativo. Nosotros empezamos con la catedral de Notre Dame que, como los más intuitivos ya habrán imaginado, es una copia de la de Paris y queda claro
que estos pobres harán muchas cosas bien, empezando por los rollitos vietnamitas, pero lo de plagiar no lo tienen
muy conseguido. Se ve que en eso se quedaron toda la maña los chinos. Cerca hay un edificio de correos que parece una
estación, también hay una ópera…lo dicho, turísticamente no hay mucho donde rascar, aunque es una ciudad en la que se puede salir a dar una vuelta caminando, y eso ya es más de lo que se puede decir de Manila. Y otro punto a favor es la comida: los ICEX, que se portaron genial, nos llevaron tanto a un sitio muy aparente para comer como a cenar en el verdadero Vietnam, en las mesitas de callejones rodeados de motos. Porque otra cosa no habrá, pero motos casi más que personas. Parece mucho más caos del que es, porque cuando luego vas en la moto la cosa parece batante
organizada controlada, e incluso cuando hay un pinchazo, que nos pasó, enseguida hay manera de solucionarlo.
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Notre Dame 2 |
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Queda claro que si pongo fotos de Correos, es que no hay mucho monumento que enseñar |
Lo que sí fue muy interesante es el museo de la guerra. Allí exponen
fotos bastante duras sobre la guerra de Vietnam: torturas, cuerpos
desmembrados, malformaciones por el agente naranja, etc. y, aunque está
más que sesgado, no deja de ser visita obligada…para los adultos,
porque a día de hoy aun no entiendo en qué piensan los vietnamitas al
llevara niños pequeños a ver esto.
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¡Sólo falta el sombrero típico! |
Ya fuera de la ciudad, en Cu Chi, es
posible visitar los túneles donde se metían los vietnamitas cuando los
americanos venían con ganas de marcha. La idea de enseñar esto es buena
pero lo han convertido en una turistada descomunal. Cuando llegas al
antiguo almacén de comida, ahora hay una cafetería. Cuando llegas a
donde guardaban los uniformes, una tienda de ropa. Así todo el rato y,
para hacerlo más entretenido, un guía que cree que habla inglés, pero al que no había forma humana de entender, nos iba enseñando las trampas que
preparaban durante la guerra. Cualquier sitio que pisases era bueno para
que en su día saliese un pincho enorme a destrozarte la cabeza, las tripas o lo que pillase primero. El mayor atractivo es cuando puedes desmarcarte de tanto tunel/tienda y elegir un arma, rifle americano o vietnamita, comprar tus balas y ponerte a disparar como un loco
y pensar en llevarte el arma para los días que en la Embajada me toca tratar con muchos empresarios filipinos.
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Agobio máximo ahí abajo con poco espacio, poca luz, mucho calor y mucha guiri culona taponando el tunel |
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AK-47 |
Desde mi punto de vista, eso es lo más interesante de visitar esta ciudad, enterarte un poco mejor, y más de cerca de cómo fueron las cosas durante la guerra. Eso, e ir al cajero a sacar dinero y que la máquina te pregunte cuántos millones quieres! Será por el tipo de cambio o por lo que sea, pero es fantástico ir y sentirte verídicamente millonario, aunque luego comer te cueste medio millón de Dongs, pero eso ya es otra historia.
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