Nunca pensé que me bañaría con un elefante, que me tumbaría
al lado de un tigre o que bucearía junto a un tiburón ballena, sobre todo
porque hay otros animales como los gatos o los pájaros a los que sigo teniendo una tirria espantosa. Son de las cosas que más me están gustando de estos
viajes así que no podía dejar de ir al santuario de las tortugas, que está en en Apo Island, y hay tortugas gigantes, corales, peces, serpientes
marinas...muy bonito, vaya.
Llegada a Apo Island |
Agua muuuuy azul, lo sé |
Se trata de una isla bastante acostumbrada a visitantes por
lo que tiene un mérito especial haber discutido con la práctica totalidad de
las atracciones turísticas del pueblo excepto las tortugas. Al llegar la
tuvimos con la energúmena del hostal porque nos ponía de vuelta y media si no
nos dejábamos clavar tres noches aunque sólo pasaríamos una allí. Muy digno yo,
una vez descargué mi mal genio con la recepcionista y descubrí que mi fluidez
en inglés mejora cuanto más tengo que bajar los humos a alguien, me eché un
amigo lugareño y le dije que me llevase a ver más hostales. Ninguno tenía
siquiera ventiladores y, con estas temperaturas, vale más tragarse el orgullo
que un antipirético así que finalmente nos quedamos en el hostal de la
majadera.
Al menos la energúmena me dio una habitación con vistas |
Para no perder más tiempo, enseguida bajamos a la playa para
encontrarnos con las tortugas. Yo no tenía muy claro que hubiese muchas, pero
aunque toca moverse un poco, al final sí puedes encontrarte rodeado de 4 ó 5
tortugas, cada una más grande que muchas de las señoras que pueblan las
peluquerías de España de un metro y algo. Da gusto nadar y bucear con ellas. Ni
se asustan, ni se marchan…como mucho les da por moverse de sitio y entonces lo
más que hay que hacer es seguirles, cosa fácil a no ser que se hayan estresado o les dé la
prisa, porque lo de que las tortugas son lentas no vale con estas.
Lo que uno espera de un lugar llamado Santuario de las Tortugas... |
y lo que en realidad encuentra, que sigue siendo impresionante! |
Al día siguiente aún teníamos la mañana libre antes de
volver en barco a Dumaguete para coger el vuelo a Manila. La isla está muy bien
para bucear así que para aprovechar el tiempo hicimos lo que es normal aquí,
alquilar una bangka (barquitas filipinas) y que el tío nos llevase a diferentes
puntos de la costa o mar adentro a hacer snorkel.
Bangka a la fuga |
Hasta ahí bien, lo típico es que te tiras al agua, el barco
se mueve 15-20 metros y tú te quedas cotilleando por la zona y hasta que te cansas
nadas y subes a la barca. ¿Problema? esta vez el barco no se fue ni 15, ni 20, ni
100 ni 200 metros. El barco directamente se fue y ahí estábamos nosotros como cuatro peleles
abandonados en el mar sin llegar a creernos lo que había pasado. Descubrí entonces que soy un chico calmado en
situaciones de estrés y les propuse seguir haciendo snorkel a lo largo de la
costa hasta encontrar una calita y entonces ver qué hacíamos. Y muy bien oye,
nadando tan a gusto, disfrutando de los corales, las tortugas, los peces...la cría
de tiburón. Eso ya lo disfruté menos, es tontería negarlo. Tanto es así que ahí sí me
llegó la arritmia porque por mucho que sea una cría, el animalito
también tiene dientes y no ha podido surgir por generación espontánea, o sea
que habrá mandíbulas más grandes no muy lejos.
Así que nadando más rápido que cualquier lancha motora estándar llegamos a una playita, que justo estaba ya cerca de nuestro hotel y pudimos ir a tener la correspondiente bronca con el barquero que, muy filipinamente, veía totalmente normal habernos dejado allí porque su gasolina estaba sucia y tenía que cambiarla. Se ve que la opción de recogernos antes de desaparecer o, simplemente avisarnos del asunto, parece absurda por estas tierras. Por supuesto, le dijimos que no pagábamos un duro y pensábamos pasar del tipo este y coger la barca a Zamboanguilla para enlazar con el bus a Dumaguete, pero como allí son pocos, bien avenidos y, seguramente familia, no nos dejaban abandonar la isla hasta resolver el asunto de la bangka. Fantástico final de excursión! Retenidos en la isla por los locales!! Basta decir que conseguimos salir de ahí y que pese a todo me llevo muy buen recuerdo de Apo Island…aunque dudo mucho que vuelva.
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